El médico sugiere que ningún alimento es cancerígeno por naturaleza, sino que muchos de ellos están contaminados con fertilizantes cancerígenos y se vuelven peligrosos para el organismo cuando se los consume sin descontaminarlos adecuadamente.
"Afectará negativamente al tracto gastrointestinal, la membrana mucosa. Debido a esta lesión, puede aparecer la enfermedad oncológica", explicó Myasnyankin.
Otro problema no menos importante, es la forma de preparar los alimentos. Por ejemplo, al freír la carne o verduras en un aceite reutilizado, nuestros alimentos se vuelven cancerígenos, dijo el oncólogo en una entrevista con el canal de televisión 5.
"Si se utiliza varias veces [el aceite], naturalmente todas las sustancias cancerígenas comienzan a acumularse", advirtió.
Según el oncólogo, una dieta sana no debe contener grasas en abundancia, calorías y azúcar, pues aunque estos no son precisamente cancerígenos pueden causar otras patologías en el sistema endocrino haciendo al organismo vulnerable ante el cáncer.
Las verduras, hortalizas y frutas son consideradas anticancerígenas siempre y cuando se las lave muy bien, se las guarde adecuadamente y se las prepare de una forma saludable, concluyó Myasnyankin.