La reapertura total de restaurantes, gimnasios y hoteles representa la mayor amenaza de propagación del coronavirus, indica un estudio realizado por científicos de las universidades de Stanford y Northwestern en EEUU. Los investigadores han llegado a esa conclusión después de rastrear el movimiento de 98 millones de personas mediante datos de teléfonos móviles.
"En promedio, las áreas metropolitanas, restaurantes, gimnasios, hoteles, cafeterías, organizaciones religiosas y cafés reabiertos experimentaron los mayores aumentos proyectados en infecciones cuando reabrieron", narra el estudio, publicado en la revista Nature.
De acuerdo con los resultados de la investigación, los restaurantes, donde el número de visitantes ya no estaba regulado, se convirtieron en la mayor fuente de propagación. Le siguieron los gimnasios, cafeterías, hoteles y moteles.
Los autores del trabajo concluyeron que hasta el 85% de las infecciones pueden concentrarse en el 10% de los sitios examinados.
Restricción es la salida
No obstante, para combatir el virus no es necesario cerrar por completo estas ubicaciones, sino limitar el número de personas, opinan los especialistas.
Pero si los restaurantes y otros lugares de reunión redujeran sus tasas máximas de ocupación al 30%, solo resultaría en 1,1 millones de infecciones. Y un límite de ocupación del 20% daría lugar a 650.000 casos nuevos.
En última instancia, las restricciones podrían reducir la cantidad de infecciones en más del 80%, señalan los investigadores.
Los más vulnerables
El estudio también confirmó que las personas de grupos socioeconómicos desfavorecidos y los miembros de minorías raciales tenían un mayor riesgo de infección, ya que no podían limitar mucho su circulación. Además, los lugares que visitan están más concurridos.
"Esto se debe al hecho de que en los supermercados visitados por personas de bajos ingresos, en promedio, tiene un 60% más de personas y los visitantes permanecen allí un 17% más", explica el profesor Jure Leskovets, uno de los autores del estudio.
Leskovets enfatiza que es importante encontrar una solución que proteja a las personas y no perjudique la economía. Por tanto, es necesario simular diversos escenarios para la apertura de lugares públicos y evaluar cómo afectará esto a la propagación del virus.