Los investigadores estudiaron la tinta roja y negra que usaban los egipcios hace miles de años y además de elementos naturales, descubrieron rastros de plomo.
Según el estudio publicado en PNAS, la tinta roja era empleada para resaltar títulos, instrucciones o palabras clave y su composición contenía pigmento natural como el ocre aunque también detectaron rastros de hierro, aluminio y hematita.
"Los secadores a base de plomo evitan que la tinta se esparza demasiado cuando se aplica sobre la superficie del papel o papiro. De hecho, en el presente caso, el plomo forma un halo invisible que rodea las partículas ocre", explican los autores del estudio.
De esta forma, los antiguos egipcios mantenían sus papiros sin manchas, lo que hace pensar a los investigadores que esta civilización tenía técnicas de fabricación de tinta bastante especializadas.
"El hecho de que el plomo no se haya añadido como pigmento, sino como secador, infiere que la tinta tenía una receta bastante compleja y no podía ser hecha por cualquiera", añadió el egiptólogo Thomas Christiansen de la Universidad de Copenhague en Dinamarca.
Existen pruebas de que esta técnica fue adoptada en Europa, en el siglo XV, cuando apenas habían aparecido las pinturas al óleo, sin embargo los antiguos egipcios las habrían descubierto 1.400años antes.
Para estudiar al detalle las tintas egipcias, los investigadores realizaron técnicas de radiación de sincrotrón y rayos X de alta potencia para analizar la composición elemental, molecular y estructural en las muestras microscópicas de tinta egipcia.