El arrecife vertical situado a unos 130 km del cabo York, en el extremo nororiental de Australia, se encontró durante la cartografía tridimensional de los fondos marinos realizado desde un buque propiedad del Instituto Oceánico Schmidt de California.
Crecen hasta que alcanzan la profundidad ideal bajo la superficie del mar y a lo largo de miles de años pueden formar vastas estructuras a medida que se adaptan a los cambios del nivel del mar.
El arrecife tenía un ancho de 1,5 km en su base y se elevaba medio kilómetro a menos de 40 metros de la superficie, reveló Tom Bridge, del Centro de Excelencia para el Estudio de los Arrecifes de Coral de la Universidad James Cook y principal investigador de la expedición.
"Estamos sorprendidos y eufóricos por lo que hemos encontrado", dijo el Dr. Robin Beaman de la Universidad James Cook en Queensland, Australia.
Se une a los otros siete altos arrecifes separados de la zona, la mayoría de los cuales fueron cartografiados a finales de 1800. Estos incluyen el arrecife de Raine Island, la zona de anidación de tortugas marinas verdes más importante del mundo.
"Lo que destaca es lo poco que sabemos de mucho del océano, incluso de la Gran Barrera de Coral. El parque marino tiene 344.000 kilómetros cuadrados —más grande que muchos países europeos— y solo alrededor del 6% o 7% de eso son típicos arrecifes de aguas poco profundas", declaró Bridge.
Varios días después de hacer su descubrimiento, el equipo envió a SuBastian —el robot submarino del Instituto Oceánico Schmidt— a explorar el arrecife.
Las imágenes de alta resolución de esta expedición fueron transmitidas en vivo por internet.
"No solo mapear en 3D el arrecife en detalle, sino también ver visualmente este descubrimiento con SuBastian, es increíble", añadió el Dr. Beaman.
Los arrecifes aislados se encuentran en el suelo oceánico de la plataforma continental, pero no son parte del cuerpo principal de la Gran Barrera de Coral.
"Sabemos más sobre la superficie de la luna que lo que sabemos sobre lo que hay en las profundidades más allá de nuestras costas", agregó Bridge.
El arrecife recién descubierto no parece tener muchos corales duros en su sección superior, pero tiene "una increíble abundancia" de esponjas, abanicos de mar y corales blandos, lo que sugiere que la zona es rica en nutrientes transportados por fuertes corrientes y surgimientos de aguas profundas.
Los datos cartográficos e imágenes submarinas se utilizarán para comprender este nuevo arrecife y su papel dentro de la Gran Barrera de Coral.
Los mapas creados por los investigadores estarán disponibles a través de AusSeabed, un programa nacional australiano de cartografía del lecho marino, y también contribuirán al proyecto GEBCO Seabed 2030 de la Fundación Nippon.