La relación en materia de seguridad entre Estados Unidos y México ha sido cercana, sobre todo en los últimos años. En este escenario, la noticia de la detención de Cienfuegos en Los Ángeles, California, ordenada por la Administración de Control de Drogas (DEA), ha generado nerviosismo tanto en las filas del Ejército mexicano como en figuras clave del Gobierno de Barack Obama, recoge el análisis publicado por el portal La política Online.
Actualmente, se acusa a Cienfuegos —también conocido como 'El Padrino'—, por cuatro cargos vinculados al narcotráfico y otro por lavado de dinero. Los delitos que se le imputan, considerados "conspiración internacional", son: "fabricación y distribución de heroína, cocaína, metanfetamina y marihuana"; "importación de heroína, cocaína, metanfetamina y marihuana"; "distribuir heroína, cocaína, metanfetamina y marihuana", y por "lavar dinero proveniente de productos del narcotráfico".
Del mismo modo, la investigación que hoy realiza la DEA contra el militar mexicano podría tocar al general Charles H. Jacoby, que estuvo a cargo del centro estratégico Comando Norte, el cual tiene como misión revisar las distintas vías de acceso —aéreas, terrestres y marítimas— hacia Estados Unidos a través de México y Canadá.
La relación fue tan cercana que en agosto de 2014, Jacoby asistió al Campo Militar Número Uno para recibir el reconocimiento al mérito militar por parte de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena). En dicho evento, el general estadounidense reconoció la labor de Cienfuegos en el combate al narcotráfico.
"Quiero también felicitar a las fuerzas militares de México por el apoyo exitoso a su Gobierno durante el enfrentamiento contra las organizaciones criminales trasnacionales y los desastres naturales que plagan nuestros países. Esto ha sido un trabajo increíblemente importante para la seguridad de México y los Estados Unidos, y verdaderamente para la región, por nuestra seguridad y prosperidad mutua", expresó Jacoby.
Cabe mencionar que para ese entonces, el Ejército mexicano ya estaba en la mira por su actuación en dos casos relacionados con la violación a los Derechos Humanos: la ejecución extrajudicial de 22 personas en el municipio de Tlatlaya, Estado de México, y la desaparición de 43 estudiantes en Iguala, Guerrero.
Además, las investigaciones periodísticas como las de Anabel Hernández ya informaban que el general Cienfuegos, antes de ser nombrado jefe de la Sedena por Peña Nieto, ya tenía acusaciones por su actuación en la novena región militar con sede en Acapulco, Guerrero.
"Sobre la carrera militar de Cienfuegos se cuestiona su paso por Guerrero, cuya estancia coincidió con el crecimiento del cártel de Sinaloa y, muy particularmente, del cártel de los hermanos Beltrán Leyva. Hay decenas de anécdotas acerca de cómo Arturo Beltrán Leyva gozaba de total impunidad en Acapulco", relató Hernández en su libro 'México en llamas de 2012'.
A pesar de estas acusaciones, las relaciones en materia de seguridad entre Estados Unidos y México continuaron reforzándose; e incluso en 2016, Carter agradeció a los secretarios de la Defensa Nacional y de Marina de México, Salvador Cienfuegos y Vidal Francisco Soberón, "por su determinación para ampliar nuestra asociación para la defensa continental".
Por lo tanto, en caso de que en Estados Unidos se esté llevado a cabo un maxiproceso, como señaló el 16 de octubre la periodista Anabel Hernández en Aristegui Noticias, las investigaciones sobre nexos de altos funcionarios con grupos del crimen organizado también podrían señalar a personajes de relevancia en el Gobierno de Obama.