Se trata de la compra de 13 sistemas RADBO, cada uno equipado con un láser de 3 kilovatios.
La empresa fabricante afirma que el sistema puede alcanzar objetivos "a una distancia de más de 300 metros del vehículo y tiene la potencia suficiente para detonar pequeñas submuniciones de bombas de racimo, minas terrestres, bombas de uso general y proyectiles de artillería de gran calibre".
En realidad, no es un arma láser en sí, sino que permitirá sustituir a los zapadores y reducir así las bajas, precisa el medio, pero admite que es un nuevo paso en el plan de desarrollo en este ámbito, ya que es el primer sistema de láser terrestre del Ministerio de Defensa de EEUU que se fabrica en serie.
Se estima que el contrato se realizará dentro de tres años.