El principal obstáculo que debía vencer el automóvil eléctrico era no atropellar a un maniquí que simulaba ser un peatón cruzando la calle a una distancia muy cercana del coche.
El Model 3 reconoció al maniquí como un objeto, pero lo hizo muy tarde y terminó impactándolo.
Si este no fuese un simulacro es muy probable que el accidente hubiera sido mortal.
El 2019, en EEUU, se llevó a cabo una serie de pruebas similares de la Asociación Americana del Automóvil (AAA) la cual concluyó, según publica Business Insider, que ninguno de los automóviles sometidos a la prueba logró mitigar de manera significativa su velocidad del impacto.