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Colombia: el precio de la "subordinación" a EEUU

El caso del expresidente colombiano Álvaro Uribe constituye una muestra más del total amparo con el que cuenta toda persona —incluso si tiene esqueletos de lo más escalofriantes en su armario—, siempre y cuando sea útil a los intereses de Washington.
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Unos documentos desclasificados por el Archivo de Seguridad Nacional estadounidense acaban de revelar sus vínculos estrechos con paramilitares y narcotraficantes, entre ellos, Pablo Escobar. Algo que era conocido por el país norteamericano, pero que no le importaba en absoluto.

"No sería la primera vez que EEUU tiene relaciones con una persona que tiene un expediente judicial en el que hay hechos muy graves. Ha sostenido relaciones con los peores dictadores del mundo: por ejemplo, con Augusto Pinochet, hombre acusado de crímenes de lesa humanidad, lo cual nunca molestó a EEUU; con Somoza en Nicaragua; o también con Noriega en Panamá. Más bien esto es una constante, no sería excepcional que EEUU hubiera protegido a alguien que era funcional a sus intereses y a su política en un momento determinado", señaló a Radio Sputnik el senador opositor de la República de Colombia Iván Cepeda Castro.

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Enfatizó que tampoco es noticia la conexión de Álvaro Uribe —en arresto domiciliario por presuntos delitos de soborno y fraude procesal— con el "mundo de narcotráfico y paramilitarismo", además de que "también enfrenta acusaciones por precisamente haber creado grupos paramilitares, o por haber consentido el actuar de grupos paramilitares, o por haber participado en crímenes de lesa humanidad", entre otros pormenores de su "carrera".

"Uribe ha sido una ficha de los sectores de extrema derecha, de la derecha republicana, en América Latina. Y ahora que está en dificultades, obviamente sectores de esa misma extrema derecha han salido a protegerle", apuntó Iván Cepeda Castro, al mostrarse indignado por la reciente "injerencia" norteamericana en los asuntos internos de Colombia cuando el vicepresidente de EEUU, Mike Pence, pidió el fin de la reclusión del "héroe" Álvaro Uribe.

"Aquí no pasó absolutamente nada porque fue el propio presidente Iván Duque —quien es el ahijado político de Uribe— el que le pidió a Donald Trump que se hiciera una declaración de esa naturaleza, lo cual muestra el nivel de subordinación que tiene el Gobierno colombiano con relación al Gobierno de EEUU actualmente", subrayó el senador.

Según el también defensor de derechos humanos, Colombia paga un gran precio por su subordinación al gran vecino del norte, llegándose a lo que constituye de hecho una "intervención militar" estadounidense.

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"Voy a poner un ejemplo. Ahora tenemos una presencia de 53 militares, asesores de una brigada especial del Comando Sur del Ejército de EEUU, en Colombia. Nosotros como oposición hemos rechazado esta presencia y hemos interpuesto acciones jurídicas para que no se pueda mantenerla en Colombia. Y es que, aunque se dice que es para combatir el narcotráfico, resulta que durante el tiempo que esta brigada está activa en tres zonas del país, la violencia, por el contario, ha aumentado extraordinariamente. Se están produciendo en esas zonas masacres cada tres-cuatro días. Entonces, la pregunta de sentido común es: ¿han venido a Colombia a debilitar el narcotráfico y hacer que haya menos violencia, o por el contrario, están haciendo un trabajo que tiene el efecto contrario de lo que se nos dice que debe ser el resultado? Esa presencia militar extranjera no ayuda a que Colombia resuelva su problema de violencia y de narcotráfico, sino por el contrario, lo aumenta", recalcó Iván Cepeda Castro.

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