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Según el hombre, el violín perteneció a su tío, quien pidió al Teatro Bolshói que estableciera su autenticidad. Los especialistas confirmaron entonces que el instrumento había sido, efectivamente, producido en el taller de Stradivarius, aunque por los alumnos del maestro, alrededor de 1690.
Kurnósov señaló que el instrumento musical no está en perfectas condiciones: le faltan las cuerdas y una clavija. El hombre planea entregar el violín a un taller para su restauración y evaluación inicial.
Durante su vida, el propio Stradivarius creó 1.100 instrumentos de cuerda, de los cuales han sobrevivido 512 violines, 13 violas y 67 violonchelos. Los violines se venden en las subastas de Sotheby's y Christie's y se alquilan por músicos famosos.