La obra, sumada a otras infraestructuras construidas en Crimea desde su reincorporación a Rusia en 2014, supone un hito histórico para la península, prácticamente abandonada a su suerte durante los años que formó parte de Ucrania.
En tanto, Kiev denunció una "grave violación por la parte rusa de la soberanía y la integridad territorial de Ucrania" ante la puesta en marcha de la carretera, y sobre todo ante la visita a Crimea del mandatario ruso.
Anteriormente, las autoridades ucranianas tampoco pudieron contener su frustración por la construcción del puente de Crimea, al tiempo que desde EEUU hasta llegaron a plantear su destrucción, "una incitación a cometer un acto terrorista", según denunció Rusia.
A su vez, Javier Colomo Ugarte, doctor en Geografía e Historia, se mostró convencido de que Occidente nunca reconocerá la legitimidad de los intereses geoestratégicos rusos, insistiendo EEUU y sus aliados en que el gigante euroasiático no tiene derecho a tener sus zonas de influencia.
"Eso no va a cambiar, eso es así. Entonces, Rusia tiene que acostumbrarse a que tiene que lidiar con esa hipocresía y ese cinismo occidental", apuntó el intelectual español.