Tanto para alcanzar el objetivo de tener casa propia, contar con un fondo ante eventualidades de la vida o cumplir algún sueño, el ahorro aparece entre los planes de las personas. Aun así, las acciones para alcanzarlo tienden a ser dilatadas y más aún el paso siguiente: invertir para que esos ahorros crezcan.
Esta realidad cobra especial importancia en América Latina, donde la tasa de reemplazo de los sistemas previsionales—indicador que mide el porcentaje de jubilación de las personas respecto a sus últimos salarios— es más baja que en países más ricos. Ejemplo de ello son las tasas de reemplazo de Uruguay, que rondan el 50%, de México con 30%, o Chile donde los pensionados apenas perciben 20% o menos de lo que ganaban como asalariados.
"Si pienso que el Estado o mi sistema de pensión no me va a poder dar el dinero suficiente para vivir dignamente, lo que voy a tener que ir haciendo durante mi vida de trabajo es ir acumulando recursos propios, que me permitan suplementar lo que tendré de mi jubilación", dijo a Sputnik la escritora estadounidense y asesora financiera radicada en Uruguay.
Una vez conseguido algún tipo de ahorro, el paso siguiente es invertir para que aumente. Para la experta, en este punto muchos se detienen debido a los mitos que existen en torno a ello. En su experiencia, estas falsas ideas tienen dos orígenes que se suelen repetir.
"Hay un primer tipo de mito en el que se cree que es eso de la inversión no es para mí. Que es para esos tipos que viven en Wall Street que están comprando y vendiendo, y que es incomprensible (…) Creo que es un gran mito. Si uno lo piensa, invertir es hacer crecer tu dinero y hacerlo en forma segura. Hay que ir trabajando y reeducando a las personas de que invertir no es nada complicado, es algo que cualquier persona puede hacer", afirmó.
Sin embargo, llegado a este punto surge un nuevo tipo de mito que idealiza a algunos productos de inversión y puede llegar a generar problemas a quienes los emplean.
"Muchas personas creen que existe la inversión perfecta. Un producto que me va a resolver el problema (…) pero eso también es un mito. Los productos no resuelven problemas, las personas resolvemos problemas y los productos te pueden ayudar. Pero primero tienes que definir qué es ese problema porque cuando empiezas a pensar en la inversión perfecta terminas no caminando, no tomando cartas en ese asunto", señaló.
Esto y más en Contante y Sonante.