Cuando una persona se infecta de coronavirus, el primer síntoma que se produce recae en los pulmones. "Hablamos de intoxicación, de tos (...) la persona experimenta falta de aire, puesto que pierde saturación y la sangre no recibe suficiente oxígeno", explica a Sputnik Guennadi Oníschenko.
Los rasgos más distintivos del coronavirus son esa dificultad respiratoria, así como la pérdida de olfato y del gusto. El experto explica que en el caso de la gripe el olfato también se puede ver afectado, pero no se llega a perder por completo como ocurre en el caso del COVID-19.
Otra diferencia clave entre los dos procesos víricos está en el período de incubación. La gripe se desarrolla de manera más intensiva y en un plazo de siete días, mientras que el coronavirus ese período llega a extenderse hasta 12, 13 o 14 días. Pasadas dos semanas del contagio, el paciente o bien empieza a recuperarse, o bien su estado de salud sufre un deterioro grave.