El dibujo muestra un altar con un retrato difuminado de una persona negra, flores y una vela que hace arder la bandera de Estados Unidos.
"Primero pensé que debía callarme la boca y escuchar a la gente negra sobre este asunto. Pero ¿por qué haría eso? No es su problema, es el mío", expresó el artista.
Comparó el racismo con una tubería averiada, problema del que debe encargarse el dueño del apartamento y no su vecino de abajo.
"Este es un problema de los blancos. Y si la gente blanca no lo arregla, alguien va a tener que subir y derribar la puerta", finalizó Banksy, refiriéndose a las manifestaciones y disturbios que se apoderaron de EEUU tras la muerte del afroamericano George Floyd a manos de un agente en Minneapolis.
Su muerte, sumada a la de otros tantos, propició el auge del movimiento Black Lives Matter que realiza campañas contra la violencia hacia las personas negras en EEUU.
Un fuerte rechazo e indignación en la sociedad dio como resultado manifestaciones y protestas no solo en EEUU, sino en otros países.