"En una nueva encuesta a escala mundial realizada por la OIT y varios asociados de la Iniciativa Global sobre Empleo Decente para los Jóvenes, se pone de manifiesto que más de uno de cada seis jóvenes encuestados ha dejado de trabajar desde que surgió la crisis del COVID‑19", se comunica citando los datos preliminares en base a más de 13.000 respuestas de 112 países.
Mientras los jóvenes que mantuvieron su trabajo tuvieron un recorte de un 23% en sus horas de trabajo.
Además del empleo, la pandemia afecta la educación y la formación técnica y profesional y también impide a los jóvenes entrar en el mundo laboral o cambiar de trabajo.
"La exclusión de los jóvenes del mercado laboral, habida cuenta de sus efectos a largo plazo, es uno de los mayores riesgos para la sociedad en la situación actual", se advierte.
La organización destaca un aumento del índice de desempleo de las mujeres jóvenes.
La organización informa que antes de la crisis provocada por la pandemia, 267 millones de jóvenes de todo el mundo no trabajaban ni estudiaban, entre ellos 67,7 millones estaban desempleados, y 178 millones de jóvenes trabajaban en los sectores más afectados por el coronavirus.
La OIT llamó a adoptar "a la mayor brevedad posible medidas de respuesta a nivel político a gran escala, para evitar que los jóvenes padezcan consecuencias adversas a largo plazo en los planos educativo, formativo y profesional".
Además, la advirtió sobre el riesgo del surgimiento de una llamada generación de bloqueo que ingresará al mercado laboral durante la recesión económica causada por las medidas implementadas para combatir el nuevo coronavirus.
Además, señaló que se espera que la mayor disminución en las horas de trabajo se produzca en las Américas, llegando al 13,1% en el segundo trimestre del año.
En Europa y Asia Central, esa caída se estima en 12,9% y para otras regiones más del 9,5%.
Para evitar que los jóvenes se conviertan en la 'generación del encierro', los gobiernos deben implementar urgentemente respuestas de políticas de empleo a gran escala, incluidos programas de garantía de empleo y capacitación, dijo la OIT.