La galaxia, bautizada como R5519, tiene aproximadamente la masa de la Vía Láctea y cuenta con un gigantesco agujero —con un diámetro 2.000 millones de veces más extenso que la distancia entre la Tierra y el Sol— en su centro.
Sin embargo, "está formando estrellas a un ritmo 50 veces mayor" que nuestra galaxia, explicó el autor principal del estudio, Tiantian Yuan, de la Universidad de Swinburne (Australia).
"Tiene un aspecto extraño y familiar al mismo tiempo", subrayó el astrofísico.
El investigador agregó que la mayor parte de la actividad tiene lugar dentro de su anillo, "así que verdaderamente es un anillo de fuego".
Para captar las imágenes de este objeto poco habitual, el equipo de Yuan utilizó datos recopilados por el Observatorio Keck, en Hawai, y el Telescopio Hubble de la NASA.
El astrofísico Ahmed Elagali, del Centro Internacional para la Investigación de Radioastronomía en Australia Occidental, señaló que el hallazgo ayudará a determinar cuándo comenzaron a formarse las galaxias espirales.
"También se puede utilizar para imponer restricciones en el ensamblaje y la evolución de los grupos de galaxias locales", subrayó.