Este hospital ha vivido semanas de angustia ante un número de pacientes que no dejaba de aumentar. Las recauciones que hay que tomar para trabajar en condiciones de seguridad y que el virus no se extienda más lo hacían todo aún más complicado. No obstante, con el tiempo, por suerte, todo ha ido a mejor.
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En abril, uno de los pabellones de tratamiento del hospital Vinográdov fue readaptado para atender a más pacientes enfermos de COVID-19.
© Sputnik / Aleksey Mayshev
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Cada cama del hospital cuenta con suministro de oxígeno y la unidad de urgencias ha sido equipada con todo el material necesario.
En la foto: una paciente de la unidad de cuidados intensivos del hospital clínico Vinográdov de Moscú.
En la foto: una paciente de la unidad de cuidados intensivos del hospital clínico Vinográdov de Moscú.
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Se ha instalado un tomógrafo computarizado para realizar el seguimiento del estado de los pacientes.
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El personal sanitario confiesa que nunca olvidará los primeros días de la lucha contra el COVID-19.
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La sección del hospital encargada de tratar a los pacientes con coronavirus se llenó muy rápido. Muchos de los enfermos llegaban en estado grave.
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Los médicos tenían que tomar decisiones muy rápido y acostumbrarse a los trajes de protección, tan incómodos que costaba moverse e incluso pensar con ellos puestos.
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El ambiente que se respiraba en esta sección del hospital recordaba al de una batalla de verdad.
En la foto: un médico prepara a una paciente para una tomografía de tórax.
En la foto: un médico prepara a una paciente para una tomografía de tórax.
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Al cabo de un mes, todo empezó a ser más llevadero: la enfermedad se conocía mejor, los doctores desarrollaron mayor experiencia y muchas de las incógnitas del principio quedaron resueltas.
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La médica jefa del hospital clínico Vinográdov de Moscú Olga Sharápova y el anestesista y especialista en reanimación Dmitri Cheboksárov.
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Cada vez hay menos casos en que pacientes en tratamiento acaban en la unidad de cuidados intensivos.
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La placa de este terapeuta del hospital clínico Vinográdov de Moscú reza "¡estoy aquí para ti!".
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De media, los pacientes pasan entre ocho y 10 días en la clínica. La fase final del proceso de recuperación suele tener lugar en la casa del paciente, o bien en unidades especiales, si es necesario.
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En cuanto se libra un sitio, este es rápidamente ocupado por un nuevo paciente.
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