Un reciente estudio considera probable que el carbono haya estado en la Luna desde su formación, o poco después. Esto significa que la teoría del origen del satélite natural de la Tierra podría tener que ser reconsiderada.
Los resultados del estudio provienen de la nave espacial exploradora de ingeniería y de selenología, más conocida como Kaguya, de la Agencia Japonesa de Exploración Aeroespacial (JAXA) que pasó aproximadamente un año y medio en órbita alrededor de la Luna recogiendo observaciones de mapas globales.
Los análisis recientes han hallado rastros de carbono y agua volátil en las capas volcánicas lunares, donde las concentraciones de estos elementos variaban. Las llanuras volcánicas más jóvenes del lado cercano a la Luna emitieron más iones de carbono que las tierras altas más antiguas. Esto sugiere que el carbono podría estar incrustado en la Luna.
"Estas emisiones se distribuyeron en casi toda la superficie lunar, pero las cantidades eran diferentes con respecto a las zonas geográficas lunares", escriben los investigadores en su trabajo publicado en Science Advances.
La razón de que esto sea un problema para la teoría del gran impacto que explica la formación de la Luna como resultado de una colisión entre la Tierra y un protoplaneta del tamaño de Marte denominado Tea es porque dicha colisión habría generado temperaturas bastante intensas que deberían haber vaporizado parcialmente los escombros y evaporado los volátiles, produciendo lo que se conoce como Luna seca.
Sin embargo, con este reciente descubrimiento se estaría revelando una Luna 'húmeda' rica en volátiles, lo que hace creer que las temperaturas generadas por el impacto podrían haber sido mucho menor en intensidad de lo que se pensaba anteriormente.