La ceremonia religiosa se lleva a cabo sin la presencia de los fieles, quienes acompañarán esta misa desde sus casas debido a la cuarentena por la pandemia del coronavirus.
Al impartir la bendición tradicional Urbi et Orbi tras la misa del Domingo de Pascua en el Vaticano, el pontífice pidió que a los pobres, a los presos y a los sin hogar "no les falten los bienes de primera necesidad, más difíciles de conseguir ahora cuando muchos negocios están cerrados, como tampoco los medicamentos".
Para los países más endeudados, Francisco pidió reducir o hasta condonar "la deuda que pesa en los presupuestos de aquellos más pobres".
"Este no es el tiempo de la indiferencia, porque el mundo entero está sufriendo y tiene que estar unido para afrontar la pandemia", instó el papa, citado por el sitio web del Vaticano.
Más de un centenar de países se han declarado en emergencia por el COVID-19. En consecuencia, millones de familias alrededor del mundo guardan cuarentena total en sus domicilios sin poder asistir a ningún tipo de reuniones o eventos que aglomeren a una gran cantidad de personas.