Uno de los rasgos distintivos del coronavirus es su corona de puntas que se ve alrededor de la superficie del virus. Si se amplía la imagen se ve que están hechos de cadenas de proteínas, que se enrollan y se doblan unas sobre otras.
En un intento por comprender mejor este nuevo patógeno, el músico e ingeniero Markus Buehler y sus colegas han asignado a cada proteína y forma estructural un equivalente musical.
El resultado, generado por la inteligencia artificial, es una sorprendente y tranquilizadora partitura musical de casi dos horas, que Buehler publicó en la plataforma SoundCloud. Se toca en un koto, instrumento musical japonés con 13 cuerdas de diferente tamaño, campanas y flauta.
Buehler afirmó que la melodía revela detalles que los microscopios no podían.
"Nuestros cerebros son muy buenos procesando el sonido. De un solo golpe, nuestros oídos captan todas sus características jerárquicas: tono, timbre, volumen, melodía, ritmo y acordes", indicó.
"Necesitaríamos un microscopio de alta potencia para ver el detalle equivalente en una imagen, y nunca podríamos verlo todo a la vez. El sonido es una forma elegante de acceder a la información almacenada en una proteína" expresó.
¿Para qué convirtieron el coronavirus en música?
Traducir las proteínas en sonido da a los científicos otra herramienta para entenderlas y manipularlas, cree Buehler.
"Incluso una pequeña mutación puede limitar o mejorar el poder patógeno del SARS-CoV-2", afirmó.
"Entender estos patrones vibratorios es crítico para el diseño de drogas y mucho más", aseguró.
Agregó que las vibraciones pueden cambiar a medida que las temperaturas se calientan, y también pueden decirnos por qué el SARS-CoV-2 gravita hacia las células humanas más que otros virus, indicó
Tomar un enfoque musical también podría ser usado para diseñar medicamentos para atacar el virus, afirmó.
Por ejemplo, los científicos podrían buscar una nueva proteína que coincida con la melodía y el ritmo de los anticuerpos que podrían interferir con la capacidad del virus para infectar.