Los científicos de la Universidad Loma Linda, en California, analizaron la dieta de 52.795 mujeres norteamericanas a lo largo de cerca de ocho años para entender cómo la ingesta de la soya y de la leche puede estar relacionada con la aparición de cáncer de mama.
Mientras no se encontró relación directa del consumo de soya con la enfermedad, se descubrió que el consumo diario de una cantidad tan pequeña como un cuarto o un tercio de vaso de leche de vaca estaba asociado con un riesgo de cáncer de mama de un 30% mayor. Al beber un único vaso —equivalente a 236 mililitros en el caso del estudio— el riesgo asociado subió a un 50%.
"Para aquellas personas que bebieron de dos a tres vasos [de leche] por día, el riesgo aumentó aún más, al 70% y al 80%", informó el médico Gary Fraser, autor principal del estudio.
El científico puso de relieve que, actualmente, el Departamento de Salud de Estados Unidos recomienda a sus ciudadanos el consumo de tres vasos de leche por día.
"La evidencia de este estudio sugiere que las personas deberían tomar esa recomendación con precaución", subrayó Fraser.
Aunque este fue un estudio de observación y que nos es suficiente para probar que la leche puede ser la causante del cáncer, los científicos creen que una hormona presente en este líquido puede ser la culpable.