La pelea se celebró en Los Ángeles y concluyó en la séptima ronda, cuando el árbitro observó una toalla blanca tirada por el equipo de Wilder. Su contrincante, conocido como Gypsy King (el rey de los gitanos), arrinconó a su rival y rompió la defensa de Wilder lanzándole fuertes golpes a la cabeza y a los riñones.
Y aunque el Bombardero Wilder parecía no ser plenamente consciente de lo que estaba pasando y logró sostenerse en pie a pesar de la tanda de golpes, su equipo decidió acabar con el partido lanzando una toalla blanca en medio del cuadrilátero. Desde el tercer round Gypsy King hizo sufrir a su rival obligándolo a caer una y otra vez hasta desangrarle la oreja.
Hasta el encuentro en Los Ángeles el estadounidense, de 34 años, había defendido 10 veces seguidas este cinturón. Llevaba 42 victorias (41 por nocaut) sin sufrir ninguna derrota. Fury, de 31 años, ganó 30 batallas (21 por nocaut) y vuelve a ser campeón por segunda vez. En 2015 venció al ucraniano Vladímir Klichkó.