El Yogurito Escolar fue creado por el Centro de Referencia para Lactobacilos (CERELA) e impulsado por el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) y por el Ministerio de Desarrollo Social en Argentina.
"La base es de yogur, está enriquecido con un probiótico que es el Lactobacillus rhamnosus 1505 que estudiamos desde hace 20 años en CERELA. Está demostrado que tiene un efecto positivo sobre el sistema inmunológico y previene infecciones respiratorias e intestinales, las enfermedades de mayor prevalencia en la infancia", explicó Graciela Font, directora del proyecto e investigadora del CONICET.
En 2008 se incorporó a los programas alimentarios en la provincia de Tucumán y comenzó a repartirse en alrededor de 50 escuelas en situación de vulnerabilidad. Actualmente lo reciben 300.000 niños, tres veces por semana, en 500 centros educativos. Luego se sumaron otras provincias como Santiago del Estero, Entre Ríos y Misiones.
"Ahora deberíamos hablar de un programa de Yogurito ya que hemos ido desarrollando otros productos que contienen lactobacilos probióticos y tienen los mismos beneficios. Por ejemplo, leches saborizadas, un bioqueso y un suplemento nutricional en polvo que contiene el probiótico deshidratado, lo que facilita su distribución", agregó Font.
"Como ha demostrado tener muchos beneficios y ha sido implementado con éxito en varias provincias, desde el Gobierno nacional y como parte del Plan Contra el Hambre, quieren continuar ampliando el área de impacto de Yogurito", concluyó Font.