Científicos de la Universidad de Yale se pusieron al hombro una tarea que (aunque parezca fácil), fue bastante difícil: analizaron por qué nos encanta poner aguacate sobre las tostadas, y descubrieron que es "superadictivo" porque el cerebro responde similar a las drogas de abuso.
El cerebro "sobreestima" el valor energético de la comida, lo que lo transforma en "superadictivo".
Los resultados "proporcionan la primera demostración de que los alimentos ricos en grasas y carbohidratos son, caloría por caloría, más valorados que los alimentos que sólo contienen grasas o carbohidratos y que este efecto se asocia con un mayor reclutamiento de los circuitos centrales de recompensa", se lee en el estudio.
Se cree que esto se debe a que en la naturaleza los alimentos que contienen tanto carbohidratos como grasas no existen (los alimentos procesados que los combinan sólo han existido durante unos 150 años). Según se lee en la revista Elle, los humanos aún no han desarrollado una respuesta cerebral a la combinación de nutrientes y, por consiguiente, los alimentos que contienen carbohidratos y grasas para el cerebro son tan gratificantes como las drogas de abuso.