El joven confiesa que se sentía incómodo cuando pesaba 191 kilos. En unas vacaciones de verano rompió tres tumbonas porque no aguantaban su peso.
Sin embargo, fue una boda familiar lo que realmente impulsó a Aaron a actuar. Cuando su hermana le pidió que fuera padrino de boda, tuvo que decirle que no porque temía que nunca cabría en los trajes que llevaban los padrinos. Además, estaba nervioso por dar un discurso o ser el centro de atención.
"Al final, decidí que no podía ser padrino de boda, pero acepté llevar el mismo traje que el resto de los chicos. Mis peores temores se hicieron realidad en la prueba. (…) Me pasé todo el día bajándome la camisa y, en general, sintiéndome incómodo", dijo en comentarios al diario Daily Mail.
Fue su abuela quien lo animó a perder el peso, y el joven se unió a un programa para adelgazar. Aaron no solo logró perder 88 kilos, sino que encontró a una novia. Cuando era obeso, no se atrevía a acercarse a las chicas, pero al adelgazar, la situación cambió.
"Desde que perdí peso, conocí Lucy y esperamos sentar cabeza y conseguir una casa juntos e incluso formar una familia algún día", dijo Aaron.