En una entrevista con el medio Strana, Ekaterina contó que se enteró de la muerte de su marido a través de los noticieros.
"Entendí que las noticias eran sobre mi cónyuge. Los vuelos a Teherán no son tan frecuentes. Y ese día él voló a Irán. Tuve una corazonada el día anterior...", recordó la viuda.
Ekaterina aseguró que hubo muchas señales de que algo malo pasaría: su hija menor soñó que mataban a su papá, un reloj de la casa dejó de funcionar. Además, Vladímir había recibido un reloj de pulsera por su reciente cumpleaños, algo que es considerado por muchos un regalo que trae mala suerte.
"Le regalaron un reloj de pulsera para su 50 cumpleaños. Hace poco, el 20 de diciembre, celebró 50 años. No se deben regalar relojes...", lamentó Ekaterina.
La viuda apuntó que la tripulación también hizo una cosa que los profesionales de la aviación, por superstición, suelen evitar: se tomaron una foto conjunta antes del vuelo, al salir del hotel en Teherán, donde estaban alojados.
"No se deben tomar fotos conjuntas antes del vuelo. Después del vuelo, sin problemas. Y ellos en Irán antes del vuelo se tomaron una foto conjunta. Ayer hice esta pregunta en la reunión [de los familiares de las víctimas]: ¿cómo aceptó mi esposo hacerse una fotografía así?", observó Ekaterina.
El 8 de enero, un Boeing 737 de Ukraine International Airlines se estrelló pocos minutos después de despegar del aeropuerto de Teherán rumbo a Kiev. Los 176 ocupantes, 57 de los cuales eran canadienses, fallecieron en el accidente.