Durante el experimento, bautizado como Proyecto de Reforma de Trabajo, 2.600 empleados de Microsoft Japan trabajaron cuatro días a la semana en vez de cinco durante un mes, sin recortes en el salario.
Al analizar los resultados del experimento, los jefes de la empresa quedaron asombrados: la productividad de su personal aumentó un 39,9%. La semana laboral más corta obligó a los empleados a usar su tiempo de manera más eficiente, algo que tuvo un impacto positivo en su productividad.
También hubo ahorros en el consumo de electricidad, que disminuyó en un 23,1%, y en tinta de impresora y papel (58,7%).
Japón es uno de los países más trabajadores del mundo. Los japoneses trabajan 1.713 horas por año en promedio, mientras que los jefes exigen a su personal más de 100 horas extras al mes.
En el país asiático incluso existe el término karoshi, que significa "muerte por exceso de trabajo".