Hay un gran número de parásitos documentados en el mundo animal capaces de cambiar la conducta de sus organismos anfitriones. La existencia de estos ejemplares incrementa la probabilidad de que un día los humanos dejen de ser inmunes a semejantes peligros.
Un ejemplo de estos parásitos es el hongo Ophiocordyceps unilateralis, que segrega esporas que infectan el cuerpo de la hormiga carpintera. Una infección alta le permite tomar el control sobre su movilidad.
Otro ejemplo de zombificación de insectos puede hallarse en las avispas. Los ejemplares sanos de las avispas de la agalla suelen madurar dentro de un compartimiento hecho en el roble y denominado cripta.
La bióloga Kelly Weinersmith, de la Universidad Rice (EEUU), descubrió que cuando la larva de la avispa de la agalla acaba su desarrollo, empieza a escarbar un agujero para salir del árbol. Pero si la avispa parasitoide llamada avispa guardiana de la cripta encuentra su refugio y mete sus larvas dentro, los parásitos pasan a manipular a la avispa de la agalla y esta cava un agujero para salir del árbol más pequeño de lo necesario.
"Cuando esta se queda atrapada a medio camino de la cripta, el parásito se come a la avispa de la agalla desde dentro y, finalmente, sale a través del agujero producido en su cabeza", explicó.
Este parásito evolucionó de tal manera que hace que las ratas se sientan atraídas por la orina de los gatos. Estas se acercan al felino a una distancia peligrosa y acaban siendo presa del animal.
"¿Si no es zombificación, entonces qué es?", se preguntó Aktipis.
Otros estudios señalan la existencia de un vínculo entre la infección del cerebro humano con parásitos y el cambio de ciertos rasgos de la personalidad, como la capacidad de asumir riesgos y el ser agresivo. Además, son cada vez más las pruebas que apuntan a que una bacteria en el intestino humano es capaz de cambiar sus emociones y su conducta alimenticia.
No es ningún secreto que el cuerpo humano suele descomponerse rápidamente. Por ello, la cantidad de muertos que puede verse en la famosa serie The Walking Deaden la vida real quedarían fuera de juego en cuestión de días o semanas. Los científicos destacan que el Toxoplasma gondii debería dar un gran salto evolutivo para poder hacer con los humanos lo mismo que hace con las ratas.