"Las sanciones están afectando la salud, la investigación y la educación, cosas que se suponía que no eran su objetivo", dijo a la revista Science Parham Habibzadeh, genetista humano de la Universidad de Ciencias Médicas de Shiraz en Irán.
Desde entonces el país pérsico está experimentando una fuerte recesión económica que está influyendo en los presupuestos destinados para el trabajo científico y en la atención de las necesidades básicas, incluidos los medicamentos y la atención médica. Durante 2018 Irán tuvo una inflación del 40,4%.
La cooperación internacional cada vez resulta más dificultosa, y es casi imposible que los investigadores puedan viajar a conferencias en el extranjero, comprar libros en línea y continuar formándose.
Los investigadores iraníes esperan que sus colegas y sociedades científicas en el extranjero se muestren más activos a la hora de denunciar el impacto de las sanciones estadounidenses sobre ellos, comentó a la revista Vahid Ahmadi, director del Instituto Nacional de Investigación para la Política Científica de Teherán, y asesor del ministerio de Ciencia iraní.
"La comunidad científica internacional debe tomar conciencia del problema y hacer más esfuerzos para apoyar mejor los proyectos de colaboración con sus colegas iraníes", manifestó también a Science el neurocientífico iraní Ali Gorji, fundador del Centro de Investigación en Neurociencias Shefa en Teherán y del Centro de Investigación en Neurociencias Razavi en Mashhad.
Una fuerte caída del valor del rial iraní también ha diezmado el poder adquisitivo de los presupuestos universitarios. En 2015, 28.000 riales comprarían 1 dólar al tipo de cambio oficial, pero esa cifra está ahora más cerca de 42.000 riales por 1 dólar, o 115.000 en el mercado negro, según datos de Science.
"Muchos proyectos de investigación están bajo una presión real", advirtió, especialmente aquellos con presupuestos fijos. Uno de ellos es el lanzado en 2016 por Gorji para desarrollar terapias con células madre humanas para lesiones de la médula espinal. Con el presupuesto asignado en 2016, hoy los investigadores pueden comprar un tercio de los suministros que previeron. El proyecto lleva casi un año de retraso.
Este 30 de septiembre, ocho países de la Unión Europea decidieron unirse al Instrumento de Apoyo a los Intercambios Comerciales (Instex) —promovido por Francia, Alemania y el Reino Unido—, para eludir las sanciones estadounidenses y poder comerciar con Irán.
En ese sentido, el canal especial de pagos tiene la intención de coordinar intercambios de trueque con Irán. Su principal arquitecto, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, ha dicho que está decidido a hacer que funcione. Sin embargo, investigadores como Gorji no son optimistas sobre el potencial del Instex para aliviar su situación, por ello aluden a la comunidad científica.