En el 2020 finalizarán las pruebas del sistema antisubmarino misilístico Otvet, comentó en una rueda de prensa el viceministro de Defensa de Rusia Alekséi Krivoruchko. La corporación Gidropribor ya puso en marcha la producción en serie del nuevo armamento fuerte y preciso elaborado para los buques de superficie de guerra. El Otvet será usado en las naves de clase corbeta, fragata y crucero. En particular, de este sistema se dotará el pesado crucero nuclear Almirante Najimov del proyecto 1144 Orlán que se está modernizando para volver a la Flota de Rusia en el 2021.
“Otvet será una evolución del sistema antisubmarino Paket-NM usado actualmente en los buques de guerra rusos”, comentó el redactor en jefe de la revista Arsenal Otéchestva, Víctor Murajovski, a la versión rusa de Sputnik.
Las características técnicas del nuevo sistema aún no se han hecho públicas, pero es sabido que, como herramienta universal, se podrá instalar en buques de casi cualquier desplazamiento. El principio de su funcionamiento es detectar a tiempo la amenaza submarina y destruir tanto el portador, como su armamento.
La lanzadora universal SM-588 sirve para ambos tipos de proyectiles. El buque portador puede disponer de uno, dos, cuatro u ocho tubos lanzadores de calibre de 324 milímetros. Al abandonar el tubo, el torpedo o antitorpedo cae al agua y busca el blanco por medio de su propio dispositivo. Sin embargo, el Otvet tendrá una forma diferente de funcionar.
Las ventajas del Otvet
Los sistemas misilísticos antisubmarinos son el medio más eficaz en el arsenal de un buque de superficie para batir a los submarinos del rival. El sistema Kalibr-NK se considera el más avanzado en la flota rusa de buques de superficie y está dotado de los torpedos misilísticos 91RT2, integrados en la lanzadera vertical. Al alcanzar el objetivo indicado, el torpedo se aparta del portador, cae al agua en un paracaídas y busca al submarino mediante la propia ojiva de autodirección.
En la XIV Feria Internacional de la Industria de Defensa de Estambul IDEF-2019, celebrada en mayo en Estambul, Rusia presentó la bomba aérea Zagon-2E, otro ejemplar del armamento destinado a destruir a los submarinos a 600 metros de profundidad. Lanzada desde un avión o helicóptero, la bomba se cuelga del flotador sobre la superficie de agua y luego empieza a buscar los blancos. Al desprenderse del flotador y seguir los mandos del dispositivo de guiado, la Zagon-2E se sumerge para dar con el submarino. El proyectil se mueve solo con ayuda de su propio peso, por ello no puede ser detectado por el sistema acústico del submarino que no logrará ejercer la maniobra de desvío.