Los rayos son muy comunes en nuestro planeta: se estima que caen más de 17 millones al día, o lo que es lo mismo, unos 200 por segundo. Tienen una potencia de unos 30 millones de voltios y una temperatura de hasta 30.000 grados centígrados, cinco veces más que la de la superficie solar.
Las probabilidades de que alguno de estos impacte en un ser humano son bajas, pero no nulas. Algunos hablan de una en 300.000 y otros de una en uno o dos millones. En EEUU, por ejemplo, se estima que alcanzan a unas 400 personas al año.
"Tienden a caer en objetos verticales de gran altura, como árboles, antenas, edificios o pararrayos. Nosotros, si estamos expuestos, podemos funcionar como el medio de transporte de la electricidad desde la nube a la superficie", indicó Cortés.
Qué hacer para refugiarse de los rayos
Si las personas se encuentran en el campo o en un bosque, las probabilidades de ser alcanzadas por un rayo aumentan porque hay pocos objetos altos alrededor. En estos casos, nunca es buena idea colocarse debajo de un árbol. Una opción es refugiarse dentro de un auto, en caso de tenerlo.
En las ciudades, lo ideal es estar dentro del hogar, evitar bañarse —ya que el agua es un gran conductor de la electricidad— y no usar aparatos electrónicos como el celular. Se habla de que solo el 10% de las personas alcanzadas por un rayo mueren y el restante 90% sobrevive, aunque muchas veces pueden presentar lesiones.
"La mayoría de las personas logra salvarse y sólo tiene algunos efectos en el momento como desmayos, una convulsión de muy corta duración o quemaduras en la piel", concluyó el meteorólogo.