Los autores del estudio —que contó con la colaboración de la compañía farmacéutica Pfizer— utilizaron los datos de encuestas nacionales en las que habían participado hombres de entre 40 y 70 años de EEUU, Francia, el Reino Unido, Alemania, España, Italia, Brasil y China. En ellas los voluntarios debían definir el grado de disfunción eréctil en una escala del 1 —sin disfunción— al 5 —disfunción severa—. También se tuvieron en cuenta el estado laboral, los ingresos, el nivel educativo, el estado civil, el índice de masa corporal, los posibles malos hábitos y la actividad física, entre otros factores.
Los hombres con disfunción eréctil tenían más del doble de probabilidades de no ser productivos en el trabajo que los hombres sexualmente sanos: un 25% más de posibilidades frente al 11% del segundo grupo. También tenían el doble de probabilidades de no acudir a su lugar de trabajo. Para determinar el nivel de productividad se les facilitó un cuestionario en el que debían indicar el número de días que se habían ausentado y los errores laborales de la última semana.
La mayor brecha de productividad se observó en China, donde los hombres con disfunción eréctil tienen casi tres veces más problemas en el trabajo que los hombres sexualmente sanos, según el estudio. Los brasileños fueron los que menos problemas presentaron.
Los investigadores sugieren que la disfunción eréctil y los problemas laborales, pues, pueden ser el fruto de los mismos factores: enfermedades, estilos de vida poco saludables, etc.
"Este estudio muestra que la disfunción eréctil sigue siendo un problema grave que afecta la productividad laboral", concluyen sus autores.
Ya había habido estudios en los que se advertía que la disfunción eréctil podía influir en la productividad laboral y que, de hecho, quienes la sufrían podían ser despedidos de su puesto de trabajo, aunque hasta ahora los datos eran más bien escasos.