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La enigmática Mata Hari, ¿bailarina, cortesana o doble agente?

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El nombre verdadero de Mata Hari es Margaretha Geertruida Zelle. Nació en los Países Bajos en 1876. Al sufrir la temprana muerte de su madre, en 1891, su padre la mandó a estudiar a la ciudad de Sneek, donde vivía su padrino. Allí debía estudiar para ejercer en el futuro la profesión de maestra.

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Sin embargo, eligió otro camino, el del matrimonio, y se casó a los 18 años.

Su vida parecía encauzarse, pero su destino dio un giro dramático. La feliz pareja, que disfrutaba de la vida en la isla de Java, sufrió la inesperada muerte de un hijo, y poco tiempo después llegó el divorcio. Mata Hari se mudó a Francia.

Tras varios intentos de encontrar trabajo en París, se le ocurrió una idea: decidió dedicarse a los bailes orientales, que había aprendido en Java.

Bajo el nombre artístico de Mata Hari, Margaretha, vestida con un traje transparente y con una corona brillante sobre la cabeza, interpretó un baile que cambiaría su vida.

Aquí están las fotos de la enigmática Mata Hari, un personaje interpretado por actrices como Greta Garbo, Merle Oberon, Françoise Fabian, Jeanne Moreau y Sylvia Kristel.

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Mata Hari enseñó al público occidental lo que era el baile oriental. Tenía una personalidad extraordinaria, creativa, enamorada de la vida, ambiciosa y políglota.
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El verdadero nombre de Mata Hari era Margaretha Geertruida Zelle. Nació en los Países Bajos en 1876. Al sufrir la temprana muerte de su madre, en 1891, su padre la mandó estudiar a la ciudad de Sneek, donde vivía su padrino. La idea era que ejerciera la profesión de maestra una vez terminados sus estudios en Leiden, pero la extraña relación que surgió entre el director del instituto y Margaretha truncó los planes.
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No sabemos exactamente cómo se conocieron Margaretha y el capitán Rudolf MacLeod, su futuro marido. Unos dicen que, a los 18 años, la muchacha respondió al anuncio matrimonial de una revista. Otros aseguran que se trató de un flechazo. Se casaron el 11 de julio de 1895. Margaretha tenía 18 años y el capitán 39. Se fueron a vivir a la isla de Java (Indonesia) y tuvieron dos hijos: Norman-John (chico) y Louise Jeanne (chica).

"Ya sé que podría ser mi padre, pero cuando veo a un hombre guapo, se me aceleran los latidos de corazón. Soy una mujer con carácter y siempre soñé con vivir como una mariposa bajo los rayos de sol".
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Margarheta se marchó a París. Fue entonces cuando pronunció su famosa frase: "Creo que opté por París porque todas las mujeres que huyen de sus maridos tienen ganas de ir allí". Tras varios intentos de encontrar trabajo en París, se le ocurrió la idea de dedicarse a los bailes orientales que había aprendido en la isla de Java. Quería compartir con su pequeño público los movimientos preciosos de las mujeres orientales.
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Su actuación y su maravilloso traje oriental impactaron al público. Los movimientos exóticos de esta hermosa desconocida sedujeron a los espectadores. Los hombres, a su vez, quedaron boquiabiertos cuando, al final de la interpretación, Mata Hari se quitó el traje y apareció completamente desnuda delante del público. Uno de sus ricos admiradores le dio el nombre de Mata Hari (proviene del idioma malayo y significa Sol u Ojo del día).
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Mata Hari empezó una nueva vina plagada de expectativas e ilusiones. Para atraer al público, decía que su padre era un bailarín cojo y que había nacido en la isla de Java. Contaba la historia de su madre que, según decía, había muerto a los 14 años dando a luz. Comentaba también que había pasado años en templos budistas, donde había aprendido a bailar. Algunas de sus actuaciones se parecían a lo que hoy llamaríamos striptease, cosa totalmente ajena a los espectadores occidentales de aquella época. Al final de la actuación, interpretada para un número limitado de espectadores, Mata Hari se desnudaba, dejando su precioso traje caer sobre un escenario lleno de pétalos de rosas.
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Mata Hari sabía que no tenía nada que ver con una bailarina. Decía: "No sabía bailar, pero a la gente le gustaban mis espectáculos, sobre todo porque estaba desnuda".

Los mejores teatros de Francia, España, Italia y Alemania soñaban con su presencia. Los ricos admiradores la dejaban disfrutar de amor y de lujos.
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"Madame Mata Hari aprendió a bailar estos verdaderos bailes orientales en la isla de Java de la mano de las mejores maestras de la India. Estos bailes se interpretan a escondidas. Los únicos que pueden verlos son los brahamanes y las bayaderas que están en el templo". Esa fue la descripción de la actuación de Mata Hari en La Vie Parisienne, una revista francesa.
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Aunque no tenía excesivamente pulidos sus espectáculos, miles de hombres acudían a verla. Nada más salir al escenario en un sujetador bordado de piedras preciosas, todas las miradas se posaban sobre ella. Según sus contemporáneos, era muy carismática, hablaba varios idiomas y tenía un don para la seducción, sobre todo cuando se trataba de hombres ricos, entre ellos funcionarios influyentes, embajadores y diplomáticos.
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La carrera de Mata Hari duró cerca de 10 años. Sin darle muchas vueltas, la bailarina se dejaba cuidar por hombres de países distintos, algunos de los cuales pertenecían a bandos opuestos. Hasta cuando estalló la Primera Guerra Mundial, siguió dando giras por Europa. Los Países Bajos se mantuvieron neutrales durante la guerra, por lo que Mata Hari podía continuar actuando.
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Mata Hari fue detenida en 1914 en la frontera, cuando se dirigía a París desde Suecia. Le pidieron los papeles y no los llevaba. Tuvo que ir a Holanda desde Berlín. "La vuelta a la patria fue dura. No tenía nada", aseguraba Mata Hari. Paseando por la calle en cierta ocasión conoció a un banquero que pronto se convirtió en su nuevo amante. La presentó a personas influyentes, que la trataron con bondad y generosidad. No pudo volver a París. Un año después, en La Haya, la inteligencia alemana la reclutó como espía. Mata Hari actuaría bajo el nombre H-21.
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No sabemos exactamente si su colaboración sirvió de algo a las autoridades alemanas. No obstante, poco tiempo después le propusieron trabajar para la inteligencia francesa. Muchos piensan que no hacía más que fingir que espiaba, ya que estaba hundida en la miseria y necesitaba dinero para salir adelante. Otros aseguran que trabajaba como doble agente. Fue detenida el 13 de febrero de 1917 en el hotel Palacio del Elíseo.
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El juicio en Francia la condenó a la pena capital por espiar a favor de Alemania durante la guerra.

Mata Hari no dejó que le ataran las manos. Quiso ser fusilada con las manos libres sin estar atada a la columna. Además, renunció a taparse los ojos con un pañuelo negro. Mandó un beso al aire a los 12 soldados encargados de fusilarla y gritó: "Estoy lista, señores". Mientras que los soldados apuntaban, Mata Hari los miraba directamente a los ojos. Según la leyenda, recibió 11 balas, ya que el duodécimo soldado se había desmayado.
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El nombre de Mata Hari se convirtió en símbolo del espionaje feminino. Ya hace más de 100 años que el mundo perdió a Mata Hari, pero su nombre sigue evocando la imagen de una seductora irresistible que, sirviéndose de sus armas de mujer, hacía que los hombres perdieran la cabeza y los gobiernos le confiaran sus secretos. No hay mujer en el mundo que, siendo espía, no haya sido comparada con Mata Hari. La verdadera historia de Mata Hari, según sus cartas, no tiene nada que ver con una novela policíaca. La leyenda de una espía extraordinaria la inventaron los hombres, los mismos que la mandaron al pelotón de fusilamiento.
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Mata Hari sigue siendo una personalidad enigmática a día de hoy. Su personaje lo interpretaron actrices como Greta Garbo, Merle Oberon, Françoise Fabian, Jeanne Moreau y Sylvia Kristel. El célebre Paulo Coelho le dedicó una de sus novelas. Giacomo Puccini le regalaba flores al final de cada una de sus interpretaciones.
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