"Estaríamos en la Luna si no fuera por el riesgo político. A decir verdad, estaríamos en Marte, si no fuera por el riesgo político", comentó Bridenstine en declaraciones al canal estadounidense.
Según el jefe de la NASA, el riesgo político está asociado con la falta de financiamiento.
Bridenstine recordó que en los años 90 y principios de la década de 2000, la NASA intentó regresar a la Luna y aterrizar en el planeta rojo, pero ambos programas requirieron una preparación demasiado larga y unos serios costos.
El mismo riesgo político, según Bridenstine, también lo corre la nueva misión espacial de la NASA, que prevé llevar por primera vez a una mujer a la Luna y que está programada para el año 2024. Además, hay un riesgo técnico, agregó.
La Administración Trump anunció en marzo la aceleración del programa lunar y el envío de un astronauta a la superficie de la Luna en los próximos cinco años, cuatro años menos de lo previsto.
El programa lunar actualizado se denominó Artemis en honor a la diosa griega de la Luna, la hermana de Apolo, el nombre que llevaba el anterior programa lunar estadounidense, con el cual aterrizó en julio de 1969 el primer hombre en la superficie lunar.