"El secretario y el emir discutieron las crecientes tensiones en la región y la importancia de la unidad del Consejo de Cooperación para los Estados Árabes del Golfo para contrarrestar las actividades desestabilizadoras del régimen iraní", dijo el portavoz.
Las partes también debatieron la situación en Sudán, Libia y Afganistán.
El derribo ocurrió cerca del estrecho de Ormuz, que conecta el golfo de Omán con el Pérsico, una de las rutas de petróleo más importantes del mundo, por la que pasa más de un tercio del crudo transportado por vía marítima.
Durante las últimas semanas, EEUU anunció el envío de importantes refuerzos militares a Oriente Medio, incluido un grupo de ataque con portaaviones, un destructor de misiles guiados, aviones de reconocimiento, bombarderos B-52, aviones de combate F-15 y sistemas de misiles Patriot.
Después los actos de sabotaje del 13 de mayo, el Consejo de Cooperación para los Estados Árabes del Golfo —Arabia Saudí, Bahréin, Catar, Emiratos Árabes Unidos, Kuwait y Omán— llamó a la comunidad internacional a evitar que se ponga en peligro la seguridad de las vías marítimas.
A principios de junio de 2017, Arabia Saudí, Bahréin, Egipto y Emiratos Árabes Unidos rompieron relaciones diplomáticas con Catar y suspendieron todas las comunicaciones terrestres, marítimas y aéreas con esa monarquía del golfo Pérsico, a la que acusaron de patrocinar el terrorismo.
Para normalizar las relaciones, los promotores del boicot presentaron a Catar un pliego de condiciones, entre ellas, el cierre de la cadena de televisión Al Jazeera, la ruptura de los vínculos con Irán y con el movimiento de los Hermanos Musulmanes, así como el desmantelamiento de una base militar turca.
El Gobierno de Catar calificó de injustificado el bloqueo diplomático y de inviables las condiciones para levantarlo.