Creo que darle denominación de 'guerra comercial' da sustento a una parte de la contienda: su condición bélica, pero no la otra, la de ser estrictamente comercial.
A este respecto, algunos lectores de estas líneas me escribieron para preguntarme qué quería decir al hacer tal afirmación. Este trabajo pretende dar respuesta total a la pregunta o al menos entregar algunos elementos de análisis para que cada quien se forme su propia idea al respecto.
Aunque es imposible agotar este tema en uno o dos artículos, daremos algunos elementos, que asocian la discusión a la diatriba que emana de la controversia respecto de si China volvió al capitalismo o si se encuentra en la primera fase del socialismo y lo que es aún más importante, si su devenir apunta a un definitivo retorno al capitalismo o si el desarrollo de la sociedad y los planes gubernamentales orientan al país hacia el socialismo.
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En una larga carta —inédita hasta ahora en su totalidad— que el comandante Ernesto 'Che' Guevara le escribiera a Fidel Castro el 26 de marzo de 1965, poco antes de su partida al Congo y que fuera publicada en La Habana el pasado 14 de junio en conmemoración del 91 aniversario de su natalicio, como parte del libro 'Epistolario de un tiempo. Cartas 1947-1967', el 'Che' hace un extenso análisis en el que profundiza en cuatro temas específicos: errores en la política económica, sistema de financiamiento presupuestario, función del partido y recomendaciones generales.
Aunque China, no había comenzado a desarrollar la política de reforma y apertura y se encontraba en medio de la debacle por la 'revolución cultural', el 'Che' fue capaz de proyectar sus ideas sobre el futuro. En ese contexto, estableció que un aspecto básico es el de la 'técnica' la cual, según él, junto a la toma de conciencia conducen al comunismo en una fase ulterior.
La velada crítica al modelo soviético no esconde sin embargo su aceptación de la necesidad del desarrollo de la tecnología y la obtención de capitales, que en ese momento eran cotos exclusivos del capitalismo incluso en su fase imperialista, pero intuye que en él se encuentran "los gérmenes técnicos del socialismo".
Al respecto, en 1994, Deng expuso: "En lo teórico debemos llegar a comprender que la diferencia entre capitalismo y socialismo no reside en problemas como la disyuntiva planificación o mercado. En el socialismo también hay economía de mercado, igual que existe control planificado en el capitalismo. ¿Acaso en las condiciones del capitalismo ya no hay control alguno y uno puede portarse a su libre voluntad? ¡El trato de nación más favorecida no es otra cosa que control! No se crea que practicar cierta economía de mercado es seguir el camino capitalista. ¡Nada de eso! Tanto la planificación como el mercado son necesarios. Sin desarrollar el mercado, uno no tiene acceso ni siquiera a la información mundial, lo que significa resignarse a quedarse a la zaga".
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En China, la política de reforma y apertura iniciada en 1978, encaró estos dos aspectos como uno solo, dando una respuesta —de alguna manera— para China a las inquietudes que el 'Che' esbozaba para Cuba.
En diciembre de 1986, en una reunión con dirigentes del Comité Central del Partido Comunista, fue enfático en decir: "Al aplicar la política de apertura al exterior, captar la tecnología extranjera y utilizar fondos del exterior, lo hacemos tan solo como algo suplementario de la construcción socialista, sin permitir que esto nos aparte del camino socialista".
En abril de 1987, durante una reunión con Lubomir Strougal, primer ministro de Checoslovaquia, reiteró: "El primer punto que hemos deducido de nuestra reflexión [respecto al desarrollo de la economía] es la necesidad de persistir en el socialismo y, para tal efecto, librarse de la pobreza y el atraso, desarrollar en sumo grado las fuerzas productivas y, de este modo, hacer valer las características del socialismo como sistema superior al capitalismo".
Después de la larga explicación que le hizo a Guerra en la que amplió la información con muchos detalles probablemente desconocidos por el dirigente español, Deng aseguró que eso era solo el primer paso, pero admitió que el segundo no sería fácil y el tercero mucho más difícil que los anteriores, pero precisó con absoluta convicción que "al construir el socialismo, China se propone demostrar con hechos la superioridad de este sistema".
(Continuará la próxima semana)
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