Cuestión aparte

Recuerdan en Moscú a españoles que "contribuyeron al engrandecimiento de Rusia"

Un grano de arena en el estrechamiento de las relaciones entre Madrid y Moscú. Lo puso el español Carlos Puente Martín al presentar en el Instituto Cervantes de Moscú su libro que narra la huella dejada en el Imperio Ruso por sus compatriotas José de Ribas, Agustín de Betancourt y Vicente Martín y Soler.
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La obra, titulada 'Tres egregios españoles en la corte de San Petersburgo', es fruto de una profunda investigación basada en documentos originales, aclarándose las imprecisiones que contienen otras fuentes al respecto.

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Los protagonistas del libro, según su autor, "contribuyeron al engrandecimiento de Rusia", donde hasta fueron sepultados en la primera mitad del siglo XIX.

La biografía de los tres es increíble.

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José de Ribas, procedente de una familia noble, llegó al Imperio Ruso en 1772, participando posteriormente en numerosos hechos históricos como adhesión de la península de Crimea y fundación allí de la Flota del Mar Negro, además de levantar la ciudad de Odessa, que es actualmente uno de los puertos más importantes de la zona y donde una de las calles centrales lleva su nombre. Gracias a su servicio impecable a la corte imperial rusa ascendió al grado de almirante.

Distintas ciudades rusas deben su aspecto al ingeniero español Agustín de Betancourt, nacido en Tenerife y emigrado al Imperio Ruso en 1808. En San Petersburgo, por ejemplo, construyó el primer puente sobre el río Neva o contribuyó a erigir la emblemática catedral de San Isaac, uno de los símbolos de la antigua capital imperial. También es su legado el famoso Manezh de Moscú, un edificio que inicialmente sirvió de picadero y albergaba revistas, desfiles y ensayos militares y hoy es una de las salas de exposiciones más prestigiosas de la ciudad. Está ubicada a unos pasos de la Plaza Roja.

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Asimismo, Agustín de Betancourt dio un impulso al desarrollo industrial de país, en particular, en lo que tiene que ver con la producción armamentística, además de contribuir en temas como sistemas de abastecimiento de agua o ferrocarriles. En San Petersburgo hay un busto en su honor y se inauguró recientemente un puente que ostenta el nombre del ilustre ingeniero español.

Por último, el libro cuenta la historia del compositor valenciano Vicente Martín y Soler, quien vino a Rusia en 1788, invitado por la emperatriz Catalina II a la corte de San Petersburgo. Sus obras fueron muy apreciadas en el país y se interpretaban en los recintos del más alto rango de aquel entonces.

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En una entrevista con Radio Sputnik, Carlos Puente Martín señaló que su libro es una contribución "al acercamiento, a la aproximación de ambas culturas y sobre todo al estrechamiento y al conocimiento mutuo".

"El pueblo ruso y el pueblo español no somos tan distintos, tenemos muchos elementos en común que debemos desarrollar y que no debemos nunca olvidar", subrayó.

Carlos Puente Martín
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