La boda será el domingo 26 por la tarde en la ciudad de Belo Horizonte (estado de Minas Gerais, sureste) y la retransmitirá en vivo en sus redes sociales: "¡Será maravilloso!", avisa a sus seguidores en Instagram.
Irá vestida de blanco, y su hija, de 21 años, la acompañará hasta el altar, donde una amiga oficiará la ceremonia.
En lugar de un intercambio de alianzas, Couto decidió tatuarse una mujer con alas de mariposa como símbolo de independencia, pero no faltarán otros clásicos, como el pastel de varios pisos.
Para esta mujer, que se dedicaba a organizar bodas tradicionales y ahora quiere lanzar una nueva modalidad con su ejemplo, las uniones sologámicas pueden ser una opción para quienes sueñan con vestirse de novias.
"Muchas mujeres sueñan con casarse, con vestirse de novia; la boda "sologámica" trae esa posibilidad, sin que la mujer necesite a un compañero para eso", dice, y añade: "Es el amor que es más verdadero, el amor propio".
Couto remarca que casarse con uno mismo no implica cerrar la puerta a futuras relaciones con otras personas.
"La ceremonia no está hecha para sustituir a nadie o porque la persona no quiera relacionarse con otra en un futuro", dice en uno de sus posts de Instagram donde explica qué es la "sologamia".
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En su opinión, en los próximos años las personas que trabajan en la industria de las bodas tendrán que tener en cuenta a los "sologamistas" y ajustar a ellos sus servicios, y recuerda que esta práctica ya está empezando a instalarse poco a poco en países de Europa y en EEUU.