Respecto a los insectos, sabemos que las vibraciones de baja frecuencia facilitan las interacciones sexuales, mientras que el ruido les corta el rollo. Es decir, algunas claves sonoras facilitan el relacionamiento entre ellos y la detección de sus "víctimas", mientras que otras, los despistan.
Para realizar el estudio los científicos sometieron a un grupo de mosquitos adultos a un entorno silencioso, y otro a un entorno donde sonaba una y otra vez la canción de Skrillex. Luego compararon las diferencias entre ataques, sangre consumida y patrones de copulación.
Según indican los datos, las hembras aegypti mantenidas en el entorno silencioso atacaron antes y más a menudo a sus víctimas que las que se encontraban escuchando Scary Monsters and Nice Sprites. Además, consumieron más sangre en cada ataque y copularon con más frecuencia que los miembros del otro grupo.
La investigación publicada por Pubmed deja en claro que la canción de Skrillex no será recordada sólo por haber sido utilizada en películas, anuncios y videojuegos y haber ganado un Grammy, sino que quedará en nuestra memoria por ser la canción que ahuyenta a los mosquitos.