Pese a las condiciones climáticas extremas, el continente antártico sería una importante zona estratégica militar, si no hubiera sido por el Tratado Antártico que lo reconoce como una zona libre de armas atómicas. Sin embargo, el territorio todavía representa un gran interés económico y geopolítico.
El mencionado tratado permanecerá válido hasta el año 2048. Una vez caducado el pacto, los países tendrán que revisar sus normas.
Mientras tanto, bajo la capa de hielo antártico se encuentran unas reservas enormes de recursos naturales. A modo de ejemplo, los científicos estiman que los yacimientos petroleros de la región contienen entre 36.000 y 200.000 millones de barriles de crudo.
Además: Cada vez más, los países codician los recursos genéticos de la Antártida
Aunque la humanidad tiende a utilizar energía cada vez más limpia, el petróleo continuará siendo un recurso primordial a lo largo de los próximos decenios, según advierte Mohamad Sanusi Barkindo, secretario general de la OPEP.
Además del petróleo, el continente blanco parece albergar una reserva enorme de diamantes. Al fin y al cabo, en la Antártida hay una inmensa reserva del agua dulce —que representa un 70% de las reservas mundiales—.
Entre los países que pretenden obtener terrenos en el continente, se encuentran Australia, Argentina, el Reino Unido, Nueva Zelanda, Noruega, Francia y Chile. Al mismo tiempo, hay dos países que buscan reconocer toda la Antártida como su territorio. Estos dos son Rusia y EEUU.
Más: Para qué Brasil invierte en proyectos en la Antártida
Ambos países tienen la misma explicación de su derecho que tiene que ver con el descubrimiento de la Antártida. Los rusos afirman que fueron los viajeros rusos Bellingshausen y Lázarev los que descubrieron el continente. Por su parte, los estadounidenses aseguran que fue el capitán ballenero Nathaniel Palmer el que descubrió la tierra anteriormente desconocida.
Además, la parte de la estrategia rusa podría residir en utilizar el continente austral para expandir el desarrollo de Glonass, una tecnología de posicionamiento satelital global con el que pretende hacer competencia al GPS norteamericano, según supone el columnista del medio español, Héctor Estepa.
Algunas zonas del continente favorecen la recepción e intercepción de las señales provenientes del espacio, según los expertos. Es decir, las operaciones de Inteligencia podrían entrar así en juego en el territorio austral, aunque la propia actividad militar está proscrita en la zona.
También: China sueña con la conquista de los cielos de la Antártida
Aunque China no aparece en la lista, Pekín también desea sacar provecho del continente blanco. Hasta el momento, el país asiático ya cuenta con tres bases del monitoreo satelital en la Antártida.
Si la construcción y el funcionamiento de las bases correspondiera al interés puramente científico, los estudiosos podrían contentarse con el equipamiento destinado para el monitoreo a distancia.
No obstante, si las autoridades de algunos países optan por enviar más gente a la Antártida, su interés parece situarse más allá de los estudios de la naturaleza.
Tema relacionado: Exploradores polares rusos lo cuentan todo sobre su vida en la Antártida
La construcción de estaciones antárticas podría encajar en una estrategia para posicionar al país de cara a la posible revisión de los tratados medioambientales en 2048 (o incluso antes).