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China dejó de importar el 70% de la basura del mundo. La economía circular puede ser la solución

Asia, y en particular China, fue hasta comienzos del 2018 el gran basurero del mundo e importó durante años entre el 50 y el 70% de los residuos plásticos del planeta. Ante un cambio normativo fundado en los problemas ambientales que provocaba este negocio, sus principales proveedores buscan soluciones urgentes.
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La basura, un error de diseño y una oportunidad de invertir para hacer el bien
China, el gran receptáculo de basura de potencias como la Unión Europea, Estados Unidos o Japón dejó de serlo este año. Ya no importará basura para su posterior reciclaje. Según datos de Naciones Unidas, China importó en 2017 casi 70% de todo el plástico que se produjo en el mundo.

Para el economista industrial Manuel Albaladejo, que dirige el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial en el Cono Sur, la noticia que resultó un golpe para muchos, es una gran oportunidad para acelerar un proceso al que los países se habían comprometido pero en el cual los avances eran muy lentos: la menor generación de residuos.

"Cuando China puso esa barrera a la importación de plástico generó un caos porque son miles y miles de toneladas que entonces tiene que buscar un nuevo destino. Los exportadores europeos y americanos buscaron, pero Vietnam y Malasia siguieron la misma línea de China y cerraron también sus mercados a la importación"

Esto ha generado un "caos", y una propuesta como la economía circular puede ser una alternativa. Durante su diálogo con Sputnik durante el evento de economías alternativas Día B +FiiS, Albaladejo explicó que, basados en ese modelo, los procesos deben considerar todo un nuevo rango de actividades "desde el eco diseño hasta el reciclaje, que permite valorizar y eliminar todo este tipo de residuo".

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La economía circular, modelo que promueve el economista, pretende terminar con el modelo lineal de producción, compra, y desecho para instalar nuevos procesos productivos, en particular industriales, en el cual los productos, componentes y recursos mantengan su utilidad y valor.  

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