Los propietarios del perro llamaron a los expertos para que estos capturaran a la bestia, ya que no pudieron enfrentarse al animal salvaje por su cuenta.
Ni siquiera ellos se decidieron a acercarse al lugar de la batalla. Su otro perro fue el único que se atrevió, pero el puma le hizo caso omiso y no dejó escapar a su víctima.
Un rato más tarde, llegaron los expertos y dispararon un dardo tranquilizante contra el depredador.
Después se informó que el felino salvaje había escapado de una cercana aldea de élite.