La imprevisibilidad de la Casa Blanca y del Congreso de EEUU está forzando a los multimillonarios rusos a depositar sus activos en los bancos estatales de Rusia, afirma un equipo de periodistas que investigó el asunto para la agencia estadounidense Bloomberg.
"Esta movida de capitales está reajustando la superestructura 'offshore' que ha abrigado sus fortunas desde el colapso de la URSS", sostienen los autores.
"Ser un ruso es tóxico. Y cuanto más rico, más tóxico eres", comentó el exgerente de un banco estatal y actual presidente de la Bolsa de Moscú, Oleg Vyugin.
Dado que el banco central de Rusia no publica estadísticas detalladas acerca de los fondos que han sido repatriados desde el extranjero, es difícil calcular exactamente cuánto dinero los empresarios rusos han devuelto a Rusia. Sin embargo, el mayor banco de Rusia, Sberbank, reportó recientemente que los activos corporativos en todas las monedas habían aumentado un 17% entre enero y agosto de este año.
La tendencia se manifestó ya en febrero: La amenaza de sanciones provoca un flujo de capitales a Rusia
Por ejemplo, hace dos años, la enorme empresa minera rusa Norilsk Nickel —propiedad de varios multimillonarios rusos prominentes, entre ellos Oleg Deripaska, actualmente bajo fuerte presión estadounidense— mantenía casi todos de sus depósitos en efectivo en monedas extranjeras.
A pesar de la repatriación de los activos a Rusia, que puede ser considerada sin lugar a dudas como un efecto positivo de las sanciones de EEUU, los autores del artículo dan un pronóstico negativo acerca de su impacto sobre la economía rusa.
Tampoco se puede descartar la tendencia opuesta, ya que la fuga de capitales también está en alza, señalan los autores. Además de un crecimiento económico entre leve y estancado que "no justifica las enormes inversiones que busca el Gobierno", opinan.
Incluso la misma Bloomberg admite que las sanciones empujaron a los exportadores —que durante mucho tiempo han utilizado dólares para realizar sus operaciones comerciales— a dar los primeros pasos para minimizar el uso de la moneda estadounidense y así disminuir los riesgo de la presión financiera.
"Aunque todavía mantienen una sustancial cantidad de dólares y euros para objetivos comerciales, han empezado a acumular rublos para casos de emergencia o para realizar los futuros pagos a sus propietarios", destacan los autores del artículo al citar como ejemplo a la empresa rusa Alrosa.
Alrosa ya está vendiendo sus joyas a algunos clientes de Asia en rublos y por primera vez pasó a aceptar rupias de sus compradores de la India.
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