Este es el misterio que escondía el sarcófago negro desenterrado en Egipto

El sarcófago de granito negro pesaba unas 30 toneladas y fue hallado a principios de julio de 2018 durante las obras de construcción de unos edificios en la ciudad egipcia de Alejandría.

Desde el momento en el que fue desenterrado este misterioso sarcófago, comenzó a surgir todo tipo de suposiciones. En la propia prensa egipcia comenzaron a especular con 'las fuerzas malignas' recluidas dentro del sepulcro y con 'la maldición del faraón', por ejemplo.

En las redes sociales y entre los aficionados a la egiptología comenzaron a imaginarse que dentro podría estar enterrado Alejandro Magno.

Los rumores y la especulaciones no solo fueron fruto del inusual color del sarcófago, sino también de sus dimensiones: 2,65 metros de largo, 1,85 de alto y 1,65 de ancho.

La mañana del 19 de julio se decidió abrir el misterioso sarcófago.

Las autoridades egipcias habían prometido que el sepulcro se abriría públicamente y que la prensa podría cubrir el acontecimiento. Algo que, al final, no ocurrió. Los miembros del Consejo Supremo de Antigüedades de Egipto se desplazaron hasta la tumba sin avisar y rodeados de un fuerte dispositivo de seguridad.

Abrió el sarcófago un equipo integrado únicamente por científicos e ingenieros. Quienes se desplazaron para observar el acontecimiento tuvieron que ser evacuados del lugar porque los expertos temían que los gases que liberase el sepulcro fuesen venenosos y representasen una amenaza para la salud.

Según han explicado desde el Consejo Supremo de Antigüedades, las momias que se encontraban en el interior del sarcófago no pertenecen a miembros de una familia real del periodo ptolemaico del Antiguo Egipto ni tampoco al periodo romano, ya que en su interior no se ha hallado ni rastro de escrituras.

Ahora deberán aclarar quiénes fueron enterrados dentro de él hace 2.000 años y por qué los saqueadores de tumbas no lo abrieron nunca.