Aunque la votación del proyecto de resolución tuvo lugar en Ginebra el 26 de mayo, el periódico The New York Times informó sobre las intrigas que envolvieron esta iniciativa solo el 8 de julio. Según el medio, la delegación estadounidense, que actuó a favor de los intereses de los productores de papillas, se esforzó para frustrar que esta resolución saliera adelante.
Los delegados estadounidenses buscaron sacar del texto de la resolución los llamamientos a proteger, promover y apoyar la lactancia materna y un párrafo en el que se exhortaba a los políticos a restringir la promoción de la papilla que, según varios expertos, puede causar efectos dañinos en la salud de los niños.
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Al no lograr su objetivo, EEUU pasó a las amenazas. En particular, el país norteamericano amenazó con dejar de prestar ayuda económica y militar a Ecuador —que inicialmente planeaba introducir el proyecto de resolución para que fuera sometido a la consideración de la OMS—.
"Los promotores de la resolución trataron de encontrar a otros patrocinadores de la iniciativa, pero una docena de países pobres de África y de América Latina tuvieron que rechazarlo por miedo a una posible venganza de EEUU", comunica The New York Times.
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Además, algunos delegados de EEUU incluso admitieron la posibilidad de que el país norteamericano pudiera cancelar sus donaciones a la OMS. En 2017, Washington fue el mayor contribuyente del organismo e invirtió 845 millones de dólares en la OMS, lo que supone el 15% del presupuesto total del ente.
No obstante, a pesar de la fuerte resistencia de EEUU, la resolución finalmente fue considerada y aprobada gracias a la actuación de Rusia, que acordó introducir el documento en la organización bajo su paraguas. Washington no pudo presionar en contra de la medida.
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Un delegado ruso que prefirió mantenerse en el anonimato explicó a The New York Times que la decisión de Rusia era una cuestión de principios.
"Nosotros no estamos tratando de ser héroes pero sentimos que es incorrecto que un país grande presione a los Estados pequeños en asuntos que son realmente importantes para el resto del mundo", aseveró.
Las ventas de papillas superaron los 70.000 millones de dólares en el mundo. Las empresas estadounidenses y europeas Mead Johnson, Abbott, Heinz, Friesland Campina, Nestle o Danone son las mayores productoras. Sin embargo, las ventas se han reducido últimamente en los países desarrollados debido al crecimiento de la popularidad del amamantamiento materno.
El jefe de la oficina europea de la OMS para la prevención de enfermedades no transmisibles, Joan Breda, declaró al periódico ruso Kommersant que el ente recomienda amamantar con pecho a los niños recién nacidos hasta que cumplan seis meses y después seguir haciéndolo hasta los dos años combinando esta práctica con otros alimentos infantiles. En la OMS consideran que es necesario limitar la publicidad de papilla porque muy a menudo la información que contiene no tiene nada que ver con la realidad y es engañosa para los consumidores.
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