Brasil-Costa Rica: lo mejor de las aficiones se une en San Petersburgo (fotos, vídeo)

San Petersburgo es la segunda capital de Rusia y, como tal, gran parte de los hinchas de todas las selecciones eligió la ciudad del Nevá para seguir el Mundial. La cantidad de aficionados brasileños que inundó la urbe de verde y amarillo fue excepcional… aunque los costarricenses hicieron más ruido.
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Objetivo: invadir el estadio de San Petersburgo

Y lo hicieron de la mejor manera. Bailando, cantando y, en algunos casos, posando con la bandera del equipo rival: la brasileña. Porque los brasileños, al menos antes de que comenzase el partido del 22 de junio contra Costa Rica, no eran los rivales de los 'ticos', sino compañeros de baile a las puertas del estadio. Después del encuentro, en el que la 'canarinha' logró imponerse con dos goles, quizás la cosa cambió.

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Los alrededores del estadio de San Petersburgo poco antes del partido del 22 de junio que enfrentó a Costa Rica contra Brasil
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¡Todos a sus puestos! Pronto empezaría el Costa Rica-Brasil
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Antes del partido, ver a un costarricense dándolo todo bailando ante el estadio era completamente normal
Lo que será imposible que cambie es la devoción de los costarricenses por su selección. Mucha ropa y muchos zapatos tuvieron que dejar estos seguidores de la tricolor en su país para poder facturar estos huevos gigantes, que acabaron dando la bienvenida a los hinchas brasileños. "Sí, somos menos, pero mira el ruido que hacemos", dijeron a Sputnik estos 'huevos andantes'.

¡Huevos costarricenses! ¿Y si la afición de Costa Rica hubiese ganado por calidad y no por cantidad?
"Si tuviese a Neymar delante, le diría que buena suerte. Pataditas, pataditas. Un par de pataditas. ¡Que juegue!", afirmó uno de los aficionados.

​El partido tuvo un sabor cien por cien latinoamericano y quizás por esa razón los alrededores del estadio estuvieron inusualmente coloridos. También eso podría explicar que los decibelios fuesen más elevados que en un partido entre Suiza e Inglaterra. Pasión latina.

¡Afición de altos vuelos!
Ante tanto alboroto, a cinco minutos de que empezase el choque, los 500 voluntarios del Mundial se hacían cargo de controlar todas las banderas ondeantes y las ilusiones a flor de piel.

Y como el fútbol, al final, no entiende de edades, esta voluntaria de mediana edad afirmó estar lista para hacer frente a cualquier contingencia, aunque no pudo evitar que Costa Rica prácticamente dijera adiós al Mundial.

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