Asimismo, sugirió que sonarse la nariz antes del sexo podría ser una forma de mejorar las posibilidades de un orgasmo. El sentido del olfato puede desempeñar un papel clave en la satisfacción sexual. Al tener la nariz tapada es posible también pasar por dificultades para olfatear las feromonas.
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"Las conclusiones sugieren que tener la cabeza fría y la nariz tapada pueden hacer que la excitación sea más difícil. Sonarse la nariz puede ser una estrategia útil", explicó el psicoterapeuta Phillip Hodson, citado por medios británicos.
De este modo, la posibilidad de oler mejor puede hacer a una mujer más propensa al orgasmo, ya que será más sensible a las hormonas y a los olores corporales que surgen durante la actividad sexual, por lo que sonarse la nariz antes del sexo puede no ser una mala idea después de todo.