Durante el experimento, los investigadores analizaron los datos de más de 50.000 mujeres noruegas y sus hijos y concluyeron que cuanto mayor era la ingesta de cafeína —y no solo se trata del café, sino que también del té y de algunos refrescos— mayor el índice de obesidad infantil en los hijos.
El hecho es que cuando un feto está expuesto a altos niveles de cafeína —más de 300 miligramos diarios— corre el riesgo de tener 480 gramos más de peso que sus pares a la edad de ocho años.
Los autores del estudio afirmaron que "podría ser recomendable" evitar por completo el consumo de cafeína durante el embarazo. No obstante, todavía no se conoce el mecanismo que vincula el consumo de cafeína y la obesidad infantil.
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Según declaró a CNN Eleni Papadopoulou, la encargada del estudio, "los niños y los adultos que durante la infancia engordan más que sus pares presentan un riesgo mayor de tener sobrepeso o ser obesos" durante toda la vida, algo que puede dar lugar a enfermedades cardiovasculares y diabetes.