El trasfondo de estas acusaciones Moscú debe tomarlo muy en serio, advirtió el director del 'think-tank' ruso Centro de Estudios Políticos, Serguéi Márkov, en declaraciones al rotativo ruso MK.
"No comparto la opinión popular de que 'no nos pueden hacer nada' [a Rusia]. Es que no es el tema de las sanciones el más importante sino el de la postura europea en cuanto a Ucrania", explicó el politólogo.
El interés de Moscú radica en que la UE finalmente revise su decisión incondicional de "apoyar al represivo 'régimen de los amantes de Bandera' [los ultranacionalistas] en Kiev", y la histeria propagandista que está actualmente en marcha "está alejando este momento".
Tercero, se pueden esperar nuevas decisiones judiciales influidas por la política al estilo del reciente dictamen del Arbitraje de Estocolmo, que básicamente "encargó al Gazprom ruso pagar 2.500 millones de dólares al Naftogaz ucraniano por la única razón de que 'Ucrania carece de dinero'".
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"Las noticias son bastante alarmantes", subrayó el politólogo al agregar que Moscú, a su ver, es "parcialmente responsable ella misma por el desarrollo desagradable" de esta crisis.
Según Márkov, la postura de Rusia frente a las acusaciones infundadas, que radica en rechazar las acusaciones, exigir evidencias sólidas y apostar por los mecanismos internacionales existentes, es demasiado defensiva.
A su juicio, Moscú debería 'contraatacar' con sus propias versiones de lo ocurrido:
"Personalmente, pienso que la teoría más probable es que el Gobierno británico ordenó envenenar a Skripal para desatar una histeria antirrusa y dañar la legitimidad de las elecciones presidenciales en Rusia", expuso el analista.
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El Congreso de EEUU ya descubrió que el documento era falsificado, y su paso lógico siguiente sería "determinar quién, para qué y por encargo de quién lo ha hecho".
"En este caso, el motivo es bien evidente, y es 'enterrar' las huellas de la falsificación del 'dosier ruso' contra Trump", valora el analista.
Todas esas versiones, "cada una lo suficiente probable", deben ser declaradas a nivel internacional e investigadas. "En un mundo de posverdad como el que vivimos hoy, el término 'altamente probable' ['highly likely', en inglés] va adquiriendo el poder de una valoración jurídica, y hay que saber jugar con las reglas de este juego".
El desarrollo más positivo para Rusia sería el cese de la histeria y un tipo de 'congelación' del conflicto y su posterior resolución para el fin del año. Por ahora, lo único que podría desviar los sentimientos antirrusos sería "la agudización del conflicto con Irán o con Corea del Norte", considera Márkov.
Pero en cuanto a los escenarios más negativos, el experto se pronuncia de una manera pesimista sobre los posibles planes de las élites de los países occidentales:
Otro riesgo grande sería la intensificación del conflicto en el este de Ucrania ya que "la probabilidad de una guerra en Donbás en los próximos meses es muy alta".
"Pueden presentar un ultimátum: o Rusia cede Donbás, o no hay ningún Mundial. Si elige defender Donbás, que se olvide del torneo. Tales ultimátums pueden ser pretextos para una guerra", advirtió.
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"Esa gente está empleando tecnologías bien probadas. Y sí funciona: se envenenó alguien, culparon a Rusia y lograron persuadir a su sociedad de que esto es veraz", concluyó el politólogo.
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