"Nuestros colegas norteamericanos ya han cosechado éxitos en esta materia y siguen trabajando en la misma dirección, que es crear en torno a Corea del Norte una atmósfera de terror", declaró el diplomático en una reunión con periodistas rusos.
Este ambiente de terror ya está afectando a las compañías rusas, indicó Matsegora, al poner como ejemplo la situación en el puerto norcoreano de Rajin donde se realizaban operaciones de carga y descarga del carbón ruso con destino a otros países de Asia-Pacífico.
"Nuestro proyecto en Rajin es, conforme a las resoluciones [de la ONU], la única excepción [de las sanciones], pero hace ya cuatro meses que no recibe cargas, ningún productor ruso de carbón quiere ir ahora a Rajin, y es que están intimidados por los estadounidenses", puntualizó.
Mientras tanto, según el diplomático, Washington alega que las compañías se van de Ranjin por "decisión propia".
"¿Acaso iba a arriesgar los miles de millones por esos dos millones y medio? Por supuesto que no", expresó el embajador ruso, quien había asistido en Nueva York a una reunión del Comité de Sanciones de la ONU.
En 2017 Corea del Norte llevó a cabo una quincena de pruebas de misiles balísticos y su sexto ensayo nuclear, pese a las numerosas sanciones por parte del Consejo de Seguridad de la ONU.
A finales de diciembre de 2017 fue aprobada otra resolución internacional que amplió el embargo comercial a Corea del Norte y redujo aún más sus oportunidades de financiación desde el extranjero.
Se trata del más riguroso régimen de sanciones del siglo XXI.