En particular, Estados Unidos ha comenzado a elaborar un cañón autopropulsado que se caracterizará por una velocidad más alta y una protección más fuerte, en comparación con las armas antiguas del mismo tipo.
Según los diseñadores, el cañón obús, basado en el modelo existente М109А7 será capaz de atacar los blancos desde una distancia de 70 kilómetros.
"Actualmente disponemos de un cañón de calibre 39 que nuestro Ejército lleva utilizando desde los 80. Su alcance está limitado y por eso los rusos nos superan en este aspecto", indicó el general de división estadounidense David Bassett.
El militar subrayó que la instalación de un arma de artillería más avanzada exige que se mejoren los chasis de los vehículos militares.
El medio destaca que las armas terrestres suelen servir para atacar los buques de combate, las aeronaves y los medios de defensa antiaérea. Para ello se debe localizar los blancos manteniéndose a una distancia segura.
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A este respecto, las Fuerzas Armadas de EEUU planean desarrollar sus armas de largo alcance. En particular, los funcionarios del Pentágono comentan la posibilidad de colocar la artillería terrestre en la región del mar de la China Meridional con el fin de disuadir a los buques y los aviones chinos.